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Un valsecito para Julio

 

-  Yo no le pedí que les hiciera upa a las bolsas - dijo la señora que estaba sentada al lado de Juiio - Igual no pesan mucho, es todo ropa -
Julio la miró de reojo y le contestó 
-  Un rato se las llevo, después se las paso - 
-  Sabe qué pasa, la várice´ me tiene mal, por eso no se las agarro -

El micro, un modelo viejo, de esos que tienen los asientos de cuerina gruesa de color marrón, con los apoyacabeza de hule, era bastante ruidoso.  No sería precisamente un viaje de placer.  Varias ventanillas abiertas tampoco invitaban al diálogo.  
Cerró los ojos y recordaba, "Los desvíos.  El viejo Indalesio, qué personaje!.  La estación de servicio ¿Cómo se llamaba la dueña?.  Elsa.  Cuántas cosas vividas con ella en tan poco tiempo! ..."
-  De todas maneras, no se haga problemas, yo no voy hasta Vera, bajo antes -
-  Bueno -
-  Me bajo en Margarita, son unos pueblos antes yendo por la ruta.  ¿Usté va a Vera?  -
-  Si -
-  Se ve que no tiene muchas ganas de hablar, pero justo le tocó una compañera de asiento, charleta.  ¿Cómo es su nombre?  Digo , así no le digo Che -
-  Julio -
-  Mucho gusto Julio, mire que casualidad, el compadre de mi hija, la Susana se llama Julio.  Yo soy Elvira -

La ruta estaba tranquila, con pocos camiones, mas que nada de la otra mano, en dirección a Santa Fe.  A los costados del camino todavía se veían algunos barrios, cada vez más dispersos y sobre la ruta, varios galpones, en especial para atender camiones, tractores y maquinaria en general.  Llamaba la atención ver allá a no más de un kilómetro a la izquierda, la figura de una cancha de fútbol con tribunas de cemento y una construcción a uno de sus laterales, que seguramente sería el club propiamente dicho.  El día estaba pesado, con mucha humedad, y el cielo alternaba sol y nubes, cada vez más gris se iba poniendo, casi no dándole respiro a los rayos que no querían dejar de ser protagonistas, y se colaban por doquier.  " Podría llover antes de llegar "  pensó Julio, y cerrando los ojos trató de retomar ese resumen que estaba intentando hacer.  "Elsa..."
-  Usted se preguntará para qué llevo tanta ropa.  Lo que pasa es que tengo una tiendita que abrí en el garash de mi casa, y cuando puedo voy a La Capital a comprar mercadería.  Es que con la jubilación no alcanza, es una miseria -
-  Me imagino -
-  Si, si, y diga que soy sana porque, con lo que valen los remedios!  No sé cómo hacen esos pobres viejos que están enfermos.  Bah, los ayudarán los hijos, aunque más de uno son unos desalmados, y los dejan tirados en un asilo. -
-  Claro -
-  No es mi caso, la Susana se hizo una piecita en el fondo de casa, y vive con su compañero y tres hijos, que no son de este, sino de una pareja anterior.  No sabe!.  Él la dejaba encinta y se iba.  Y después se arrepentía y volvía, hasta que un día yo le dije " Nena, este hombre no te hace nada bien, vive de changas y cuando se cansa de andar yirando por ahí, vuelve.  Mirá la pelota que le da a los chicos, ni los llama por el nombre..."
-  Lamentablemente una historia común, hoy en día -
-  Y la otra, la Elba, la más grande, vive conmigo.  esa tiene dos críos, pero los tuvo como madre soltera, siempre le puso los puntos sobre las íes a los tipos, y si no querían casarse con ella, como Dios manda, entonces, los echaba.  Es muy trabajadora, está en el colegio, la hice entrar yo.  La verdad, no me puedo quejar de mis hijas, son dos joyitas -
-  ¿Usted conoce gente del colegio? -
-  Yo me jubilé como docente.  Soy Profesora de Piano y de Teoría y Solfeo -
-  Mire qué bien.  ¿Música clásica? -  preguntó Julio, dándose cuenta que el viaje iba a ser largo y era mejor engancharse a charlar antes que intentar seguir con sus recuerdos
-  No, mi maestra de piano me enseñó a tocar con valsecitos, rancheras y algún que otro tango.  después si, tuve que aprender a tocar los clásicos.  Doña Sofía, era muy buena pianista, y cantaba también, fue de las primeras que aplicaron el método Fracassi en la zona.  Se muríó la pobre, cuando yo todavía daba clases en el colegio.  La lloré cuando me enteré de la noticia -

El sol ya se había resignado a quedar oculto hasta mejor oportunidad.  El viento empezó a soplar con ganas, y las ventanillas ya casi todas estaban cerradas.  El pálpito de lluvia inminente ya era algo muy probable.  El micro se detuve sobre la banquina y el chofer de camisa blanca  y corbata medio arratonada, bajó.  Abrió una de las gavetas laterales y al rato comenzó a hablar por teléfono, sin que se pudiese escuchar, de qué se trataba la cosa
" Parece que pinchamos una goma" se escuchó desde el fondo "yo vi humo, creo que recalentó el motor" dijo otro desde el fondo también "yo escuché un ruido, para mi rompimos algo"  Y así, los distintos comentarios, que no eran otra cosa que ir creando el clima, por si la situación fuese seria y habría que permanecer largo rato en la banquina, esperando una solución.
El chofer se quedó caminando pequeños pasos, en un ida y vuelta al costado del micro, hasta que por lo visto, recibió una llamada, con instrucciones precisas, a juzgar por sus gestos.  Subió rápidamente, cerró la puerta, bajó sus lentes de sol y arrancó viaje nuevamente
-  ¿Algún problema chofer? - se escuchó desde las filas delanteras
-  Todo en orden; seguimos viaje -

 - Por lo que me cuenta, una Profesora de música Popular, ideal para un colegio -
-  Claro, sino ¿Cómo hacemos para que los chicos se enganchen con la música? -

Los postes que marcan el kilometraje de la ruta, pasaban y pasaban, y en los carteles verdes ya aparecía el nombre de Vera, indicando que el destino ya no estaba tan lejos .Por las ventanillas solamente se veían campos sembrados y algunos montes que seguramente harían las veces de cobijo contra los vientos de esta zona de la provincia.  La marcha del micro comenzó a flaquear y nuevamente fue hacia la banquina.  El  chofer apagó el motor y empezó a hablar por teléfono, otra vez.  "Negro, de nuevo la temperatura.  Ahora lo paré...  Y que se yó, no voy a meter mano ahi, debe estar recaliente.... Si si,  lo paré.. bueno, lo pongo en marcha de nuevo  "  El ruido del arranque cortó el diálogo telefónico, algo que acaparaba la atención de todos los pasajeros, sin que ninguno hiciese comentarios.  La conversación continuó "  Estoy cerca, en unos kilómetros llego a Margarita.  Y, está fresco, no hace calor..... Bueno, hablamos en un rato.  Avisale al Cuervo"

-  ¿Nos quedaremos en la ruta ? -  preguntó Elvira
-  No creo, si arrancó nuevamente es porque no debe ser algo complicado -  Respondió Julio
-  Menos mal, sino no sé que hacer con las bolsas.  Imagínese yo soy una mujer grande, y pagué mi pasaje para que me dejen en mi pueblo.  No sé, no es problema mío, que en todo caso lo solucionen! -
-  No se preocupe -
-  Y dígame, Julio. ¿Usted va a Vera a ver a alguien? ¡tiene familia allá? -
-  Estoy conociendo Santa Fe -  contestó rápido, sin empezar a contar toda la historia de la Compañía de Seguros, el Citroen, bla bla bla
-  Qué raro, porque esta zona no es muy turística, o ¿le gusta la pesca?  Sobre el río hay muelles y clubes de pesca.... -
-   Ehhhh, masomenos soy un pescador.  Un pescador de historias.  Ando por ahí escuchando a la gente, compartiendo cosas con ellos, en fin, conociendo un poco -
-  Mire en Vera tengo mucho conocido, el colegio dónde daba clases estaba ahí, pero en general su gente es muy creída, se piensan vaya a saber qué son.  En cambio en Margarita, que somos un pueblo chico, le puedo contar vida y milagro de cada uno, y no son historia menores, qué va!  Y eso que como en todo pueblo chico, todos se cuidan como de piyarse en la cama, porque los chismes corren como el agua en la zanja.  Pero todo se sabe, y nadie se salva de cuereo.  Yo misma que soy profesora, no sabe, las cosas que dicen de mi!!  Hay dos viejas solteronas, La Maricruz y la Juanita, dos hermanas que cocinan para afuera, que desde el mismo día del velorio de mi marido, el Antonio,  no dejan de inventarme novios e historias de polleras y de .... Mire, no me haga hablar que me sube la presión!!! -

El cartel verde señalaba Margarita 2 y ya se veían las primeras casas a ambos lados del camino.  Un lomo de burro, el semáforo que titilaba amarillo, y allá sobre la derecha se apreciaba el gran paredón blanco con la leyenda MARGARITA, uno de los laterales de la Terminal de micros del lugar.
 -  El micro se rompió, nos quedamos acá, vayan bajando por favor -  El chofer dirigiéndose a los pasajeros, dió la noticia, recibiendo todo tipo de protestas, inclusive algún grito de esos que piensan que porque protestan, el motor va a dejar de recalentar
-  Les pido paciencia, en un par de horas viene otra unidad desde Santa Fé, y van a poder alcanzarlos por lo menos hasta Vera.  Tengan a mano sus boletos -
-  Qué problema! -  Elvira, algo tenía que decir
Empezó a bajar la gente en el medio de la protesta general.  El chofer se fué inmediatamente a la oficina de la empresa para evitar más reclamos que no tenían respuesta. Julio bajó las bolsas de su compañera, que al bajar algo le dijo a una chica que estaba arriba aún, y le alcanzó otras dos bolsas con ropa
Por los parlantes de la Terminal se escuchó una voz femenina "  Pasajeros del interno 43 de la Veloz con destino a Vera, les pedimos que desciendan del mismo, ya que dicha unidad permanecerá en esta, debido a una falla mecánica: Les pedimos que se acerquen a la ventanilla de La Empresa con sus tiquets y los cambien por otros.  A las 20.40 hs viene otro micro desde Santa Fé y subirán de acuerdo a la disponibilidad de asientos, y quienes queden en esta, mañana podrán continuar en los cuatro horarios disponibles que les serán informados en boletería -
Como suele suceder en estos casos, la gente en lugar de tranquilizarse, se fue toda contra la boletería de La Veloz, a pedir explicaciones y a exigir una solución inmediata
Julio se quedó mirando el descontrol, y sin preocuparse demasiado, le preguntó a Elvira
-  ¿Habrá alguna pensión dónde pueda pasar la noche? -
-  Mi comadre alquila piezas.  Venga conmigo, el fondo de su casa da con la piecita de la Susana -
Y allá fueron, se subieron a un Fiat Duna que hacía las veces de remis y sin que no hubiese más palabras que un saludo, el chofer enfiló para lo de la Profesora.  -  Ciento veinte -  fue la tarifa, que Julio creyó verse obligado a pagar, solamente porque siempre pagó Él, estas cosas
Dejaron los bártulos en la casa de Elvira, una vivienda del tipo americana, con una reja bajita y una gata que comenzó a maullar, esperando seguramente que su dueña le diese de comer 
-  Mona, esperá un rato que ahora tenemos que ir a lo de la Fina, a acompañar al hombre -
Pegaron la vuelta a la  manzana, y al llegar, Elvira golpeó las manos y llamó - Finaaaaa! -  Desde adentro se escuchó un perro chiquito que comenzó a ladrar casi desesperadamente.  La casa se veía cerrada, y si hubiese habido alguien dentro, no podría ignorar al bochinche insoportable que hacía ese animal
-  Debe haber salido.  Vamos a casa mientras y esperamos a que vuelva.  No se va a quedar en la calle -
Fueron hasta la casa, y al entrar, los dos chicos vinieron corriendo a saludar a su abuela. En la puerta de la cocina se veía a Elba, con los brazos en jarra mirando a su madre, como tratando de pedirle alguna explicación
-  Hola Nena, el señor va a parar en lo de la Fina, pero estaba cerrado así que le dije que pasara, así no esperaba en la calle -
-  Vení -  Se escuchó, y Elba se metió en la cocina
Desde el hall de entrada se oía el díálogo  " Qué costumbre de mierda que tenés de hacer entrar a cualquiera a casa!"  "  Nena, Julio es un caballero, me ayudó con las bolsas"  "Sos una descerebrada!  ¿No ves que hay dos criaturas acá?"  No grites que se escucha todo"  "  Grito todo lo que quiero porque esta también es mi casa!"  
Elvira salió y dirigiéndose a Julio le dijo -  Hoy no tenemos un buen día parece -
-  Yo me voy, me parece lo mejor -
-  De ninguna manera, venga siéntese -  
El comedor tenía una mesa de madera grande, como para doce personas, un cristalero, un mueble bajó, y contra la ventana, un piano de color caoba
- El piano! -  Dijo Julio -  ¿Toca cada tanto? -
-  Nunca dejo de hacerlo, es lo  que más me gusta.  Y extraño las clases y los chicos -
-  Supongo que dará clases acá, ¿no? -
-  No, nunca quise.  No vivo sola, vió -
Elvira se acercó al piano, levantó la tapa, corrió el banquito y empezó a tocar esta canción (hagan click en el link, y suban el volumen)

Continuará


Riqui de Ituzaingó



Comentarios

  1. Ahh bueno, este Julio siempre encuentra alguna mujer sola... A ve que va a hacer con Elba!!!
    Ana Lidia Pagani.

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