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Mostrando las entradas de enero, 2024

Páez y Los Mojones

Jamás se respetaba el horario de arribo del tren que venía con los diarios del día, y los sábados, las revistas de la semana que se publicaban a partir de los  martes.  Pero su llegada a la estación de tren era motivo más que suficiente para anunciar el comienzo del fin de semana, uno de los pocos hitos que hacían olvidar por unos instantes, la rutina de cada jornada.  Los que habitaban por ejemplo en La Cruz, descnsaban cuando la lluvia daba respiro, no solamente a la tierra, sino al ánimo de los peones que no le aflojaban mientras la claridad del día mojaba de luz hasta detrás de  los sembrados de maiz.  Los Mojones era un caserío, con la vivienda del Jefe de Estación,  y en menos de una legua a su alrededor, se veían un par de galpones, una plaza, o por lo menos un gran terreno sin yuyos altos,  centro de cualquier actividad al aire libre de la zona. Y desparramadas por ahí, las pocas casas que le daban vida a los Mojonenses.   Allá por la curva que daban las vías, el motorman hacía