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Mostrando las entradas de julio, 2020

Agustín

Mi padrino era un Dandy. Nunca me interesé en buscarle el verdadero significado a esa palabra, pero en realidad tampoco me hizo falta, ya que por lo que había escuchado, Agustín se ajustaba perfectamente a su descripción. La pipa, un perro boxer, la pilcha siempre impecable, el peuyó 504 blanco, y la sonrisa generosa, siempre dispuesta a iluminar todo a su paso. Yo quería que se hiciese sábado para esperar su llegada a mi casa de Ituzaingó, aunque si bien lo hacía no muy seguido, cada visita era un regalo indescriptible. Era el fotógrafo de la familia, cada evento importante fue registrado por esa máquina grandota que tenía, pero no era tan importante como esa que me regaló a mi, una Kodak con los flashes en cubitos que servían para cuatro veces. Y como no podía ser de otra manera, su compañera, mi Tía Irma era lo más, yo la quería y lo sigo haciendo con toda mi alma, pero como pasa con la gente a la que uno idolatra, a partir de un día no supe más de ella, y si bien me

Ruta 14 (Parte 3)

La huella no mejoró, seguía con barro y muy despareja, obligando a Julio a ir despacio, pero sin poder evitar que el auto se moviera mucho, especialmente las jaulas que estaban sueltas, y con cada cimbronazo, las gallinas hacían sentir su protesta.  Julio ya no silbaba. -  Don, ¿cuál es su nombre? - preguntó Julio sin el mejor humor -  Lindale... -  se escuchó decir al viejo, entre dientes  y moviendo ese bigote amarillento de tantos cigarros que pasaron por ahí -  ¿Linda qué?  No lo entiendo - -  Me dicen el Indalesio Ta´que lo tiró! -  Digame Don Indalesio, ¿le pego derecho por acá? - -  Nusé, E´justé el que maneja.  Quiero piyar! - -  Pero recién salimos!!, aguantese un poco - -  Quiero piyar!! - Julio entendió que no había negociación posible, o paraba o vaya a saber cómo seguía la cosa. Se veían unas matas ahí adelante, y se acercó con el 3CV, al único baño disponible a la vista. -  Le paro acá -  Julio se arrimó a los pastos, y dejó el auto regulando.  Miró h

Amigos

 APara Adri Creí leer por ahí que la energía que nos rebalsa cuando amamos, cuando somos felices, o cuando vivimos, no se pierde, definitivamente se transforma. Como lo enunciara el viejo loco ese, aunque creo que le faltó un Apéndice para referirse a las cuestiones estrictas de nuestro corazón y de nuestra alma. Yo me creí eso, y es por eso mismo que ando siempre buscando la explicación a los fenómenos naturales, alguno me dirá que estoy medio loco, puede ser, pero no me roza, sé que es sólo cuestión de ajustar nuestra visión.  Hace ya muchos días, muchos de verdad, quise pedirte explicaciones, pero no tuve dónde hacerlo, y entonces no me quedó otra que buscarte, ahí dónde solo yo podría encontrarte. Me senté en el cordón de la vereda a esperarte, de noche como siempre, y miré. El cielo, insoportablemente plomizo anunciaba un aguacero de de esos que no se ven en años. Con una claridad que asusta cuando no debería haber luz ni para caminar, se barajan reflejos de luces escénic

Ruta 14 (parte 2)

Decían que en esta parte de la provincia, las rutas estaban en buen estado, no autopistas como en San Luis, pero algo lisito para no andar corcoveando cada dos por tres por culpa de los pozos.  Pero no era este el caso de la Ruta 14, por lo menos en este tramo; la suspensión del Citroen se la iba a bancar seguramente, pero Julio, igual sufriría como el que más.  Ir a dos por hora, era una buena opción,  "nadie me corre" .  A cada una de las veras del camino se veían campos con ganado en algún caso, y con sembrados en otro; llamaban la atención los molinos, ya había visto varios en un trayecto relativamente corto.  Y los árboles, esos altos y finos, alineados marcando caminos o protegiendo a los cultivos de los vientos fuertes, así por lo menos le habían contado los clientes de la Compañía de Seguros.  Es que si bien Él no vivía en una ciudad grande, tampoco andaba yendo y viniendo por zonas rurales.  Rosario, casi siempre, alguna vez a P ergamino y unas pocas a Buenos AIre

Ruta 14 (parte 1)

Lo primero que hizo Julio cuando se jubiló, ese mismo día, fué ir al taller Los Cuñados a pegarle una afinadita al Citroen.  En realidad era más una visita social que otra cosa porque el Pato fue y es su único amor, de esos que te acompañan toda la vida.  En el 75 en la Cooperativa se anotó a pagar en cuotas un auto, y le tocó salir sorteado el segundo mes.  Un emblemático 3CV amarillo que hoy sigue estando tan impecable como el día que con aplausos recibió sus llaves de manos del Gerente de La Fidelidad. -  Don Julio, ¿qué le anda pasando al Chiche? -  -  Buenas, nos jubilamos!! -  dijo Julio entrando al taller con las manos en los bolsillos, como quién no está muy apurado que digamos -  ¿ Se refiere al auto?  No puede ser, si anda mejor que un cero kilómetro -  -  Hoy es el primer día que no voy más a trabajar a la Compañía de seguros , ya trabajé bastante, me toca disfrutar.  Mejor dicho "nos toca disfrutar" -  -  A ver si voy entendiendo  - el mecánico se li

Doña Emilia

- Riqui, andate a lo de Doña Emilia a buscar las sábanas -   Una de las tareas que tenía encomendadas era ir a buscar las sábanas que a falta de Laverap , se la llevábamos a nuestra vecina de la calle Lacarra. Nunca le conocimos marido, ni su historia, pero sabíamos que era la madre de Susana y Emilia, amigas de mis hermanas, o por lo menos conocidas, y de Hugo, que era más grande que nosotros pero por lo menos yo no sabía nada de Él. Tenía una casa de esas tipo chorizo, angosta y llamativamente para mi, de techos bajos,  una característica que había notado en otras casas del barrio, no se si para ahorrar materiales o porque los vecinos no eran muy altos. Era la más vieja del barrio, lo que no significa que fuese la más grande de edad, pero sí, reunía todas las características para ser considerada como tal.  A saber:  Era petisa, muy flaca, de pelo corto y totalmente blanco.  De piel manchada y muy ajada, anteojos chicos y medios sucios.  Delantal siempre puesto por sobre eso

Vera

8.00 am, como cada mañana el reloj hizo sonar su bip y la radio se encendió en la estación de música de siempre. "Una mañana fresca en la ciudad y se anuncian lluvias para primera hora de la tarde" . Vera, sin calzarse, fue hasta la cocina y puso una pava a hervir - Este piso está muy frío - dijo ,mientras se subía al trapo de piso, su cobijo hasta que decidiera meterse en la ducha.  Enjuagó la taza del café de anoche y la dejó sobre el repasador, para usarla en breve y mordió un pedazo de baguette que asomaba por la bolsa colgada en el picaporte del placard. "Hello Moto" sonó desde el dormitorio, corrió las cortinas que atenuaban la vista al estacionamiento y de una corrida se sentó en la cama con el teléfono, seis conversaciones sin leer de whatsapp.   Grupo de secundaria , visto sin leer; grupo de primos , Hola a todos! , Productora de la radio , Estén todos a las 9.00, no se atrasen que hay novedades ,   Maxi que saludaba, contestó con ícono de corazón, un

Zapatero a tus zapatos

Había una vez un lugar dónde la gente llevaba a arreglar sus zapatos cada dos por tres, llamado "lo del zapatero".  En todos los barrios debía haber uno, así como existían ferreterías, almacenes, panaderías, también había un "taller de compostura de calzado", como, años más adelante, los profesionales del márquetin denominarían. Oficio importante el del zapatero por entonces, ya que otro era el consumo de calzado.  Zapatillas solamente para hacer gimnasia los pibes, y algún que otro atleta, pero no mucho más porque se rompían fácilmente. Flecha era la marca casi excluyente, hechas de lona y con suelas de goma o algo parecido.  Las de basket eran Llavetex tipo botitas para que se entienda, y no mucho más; podríamos agregar los botines de fútbol, los Sacachispas eran una especie de zapatilas con tapones, y los que jugaban en serio, no sé de dónde los sacaban pero compraban unos de cuero grueso, medio pesados, Adidas por entonces ni pintaba. Los del campo y los má