- Decile a Marcelito que mañana a las 9 y media lo quiero sentado en esa silla. Dejo un quinientos, compren facturas - El Comisario a cargo del Comando agarró sus cosas, un sobretodo color camel, un portafolios de cuero y un sombrero negro de ala, como los que se usaban en las viejas películas de intriga y acción. Saludó a su paso y se fue en su Audi blanco, seguramente al ritmo de Juan Luis Guerra, su cantante favorito.
Aguirre es uno de esos tipos que deben manejar todo, y a medida que fue ascendiendo en cargos, fue sumando poder a fuerza de no derivar decisiones y a procurar el malestar general entre la gente que estaba a su cargo, y en la medida de lo posible, entre su pares. En lo que iba del año ya había sido citado dos veces por el Consejo de Inspectores, y gracias a su capacidad innata de revertir las situaciones, salió de esas reuniones sin un rasguño a su investidura. Algo que le daba combustible extra a su astronómico ego
Aquella mañana la niebla lo cubría todo. El aire podía tocarse, frío, espeso, húmedo. Una postal de la incomodidad. El inconfundible ruido de un motor cuatro tiempos se hacía cada vez mas presente, hasta que como saliendo de un truco de magia, la moto apareció entre lo gris de la mañana. Entró a paso lento al Comando, sin mas saludo que algún gesto que se le caía de la cara, y fue directo al despacho de Aguirre.
- A ver si ponemos en claro las cosas. 9 y media es cuando esa puta aguja larga está señalando el piso. ¿Está claro? - El comisario cerró con ambas manos el paquete de facturas que un rato antes le habían dejado junto con un termo con café y un par de pocillos. Lo revoleó hacia el sillón de cuero que tenía detrás, se sirvió otro café y siguió - Ultimamente escucho el ruido de esa moto de mierda y me pongo de mal humor. Si no querés que te pase por encima un camión volcador en cualquier esquina, vas a tener que hacer las cosas bien. Y rápido -
- ¿Qué pasó? -
- Me están apretando mal los del Consejo, se están mandando muchas cagadas y no son prolijos, como lo del boludo ese tuyo que apareció con un agujero en la garganta dentro de un auto. Son unos pelotudos!. Y encima no nos dan los números. Tenemos hasta fin de mes para arreglar la cosa. Escuchame bien -
- .... -
- Me estás escuchando o hablo al pedo!? - Aguirre se sirvió el último chorro de café del termo con borra de mal colado. Volcó en la taza dos terrones de azúcar y sin revolver le dió un corto sorbo.
- Lo estoy escuchando -
Se paró el Comisario y comenzó a caminar por detrás de su escritorio, haciendo gestos con las manos. - Pongamos en marcha de una vez por todas el plan Los Ramones. Tenés hasta mañana al mediodía para armar todo. Un plan sin fallas sino voy a ser yo directamente el que te destripe con las ruedas del Audi -
- Dardo, te sonó el teléfono, era el Carlo. Dice que bajes, que en un rato te pasa a buscar con la moto nueva. Cuidate, no hagan locuras -
Se calzó las Adidas rojas, se pasó la remera por los ojos, y le dió un beso en la frente a su vieja. En realidad Julia lo había rescatado de la calle cuando su flequillo aún le tapaba los párpados y le ofreció siempre un plato de comida caliente y un lugar donde dormir. Y por sobre todas las cosas un ejemplo de vida a seguir, moneda escasa en los barrios del sur de esta ciudad.
Con el cuello de su campera levantado y las manos en los bolsillos, vió venir la moto color naranja medio metalizado. No era de ninguna de las marcas japonesas que casi todos conocen, ni tampoco se puede tener certeza sobre su origen, pero el Carlo llegó como si fuese un Rockstar, con todas las luces prendidas y tocando bocina a rabiar
- Agarrate fuerte! - fue lo único que dijo el Carlo y salieron haciendo willy por el estacionamiento del barrio. Intentarlo en la calle sería solamente posible si fuese un campeón de motocross. Los pozos ahi no perdonan.
Entre gritos y risas recorrieron varias veces la Pearson, recibiendo saludos de algún amigo por ahí, y mas de una puteada de parte de lo que sólo usan la avenida para ir a algún lado. Pararon en la plazoleta que está enfrente del Hospital. Carlo sacó de entre sus ropas un paquete de esos cigarrillos de marca que tanto ansiaba fumar Dardo. Convidó, encendieron juntos, y ..
- Tengo novedades -
- Decime -
- Estuve anoche con el Tío. Está al tanto de todo, y quiere ayudarte. Escuchá bien. Este fin de semana va a haber una movida grosa. Vos el viernes a la noche te guardás y si te llama Marcelo le decís que volás de fiebre. Que estás esperando que te traigan alguna pasta para tomar, a ver si baja. -
- Mirá que este Marcelo en muy pesado, me tiene agarrado de las bolas -
- Vos hacele caso al Tío, ya te lo vas a sacar de encima -
Carlo pateó la moto, y juntos enfilaron hacia la autopista, a probar a qué velocidad la podían poner.
Ese día el sol jamás dió el presente y a la tardecita una garúa muy fría fue de a poco cubriendo todo el cemento del barrío, como para que todos recordasen que vivir acá era realmente una mierda-
(continuará..)
Riqui de Ituzaingó
Buenoooo a esperar la continuación ME GUSTÓ
ResponderBorrar👍💪👏A que se matan con la moto!!!
ResponderBorrarAna Lidia Pagani