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Dardo "el Pescado" . 8 El Cuento del Tío

El sábado arrancó con sol aunque mirar el cielo entonces, no era lo que se esperaba porque había mucho humo dando vueltas, y cada tanto el viento hacía sentir el olor a cables quemados.

La canchita del Once fue acondicionada para la ocasión.  Se cortaron los pastos de alrededor, se limpió un poco detrás del arco que daba a la ruta, casi siempre un basural que nadie levantaba, a lo sumo algún vecino cada tanto prendia fuego como para espantar  a los bichos.  Los arcos de cinco metros, reglamentarios para los campeonatos de los barrios de por acá, fueron emparejados con arena y, se marcó con cal el  punto penal a nueve pasos, un poco menos de otros tantos metros.

" Dani, asegurate que ningún boludo ofrezca falopa.  Hoy cuidense"  Ramón Luna desde una mesa del minimercado de la Shell, controlaba todo con sus dos teléfonos

No eran las diez y desde una camioneta bajaron dos chulengos para los choris, una pochoclera, y toda la bebida, especialmente botellas de cerveza y damajuanas de vino.  Panza Ramón se encargaba de la logística, a casi una hora de arrancar, los puestos ya estaban con todo listo, y ya se mandaron los autos para buscar a los dos árbitros y a los participantes más renombrados, como ser Tano de Merlo, Paredes de Paternal y Julio Pavón, quién brillara en Laferrere hace unos años y que fuera expulsado por un tema con las drogas.

" En el estacionamiento te dejé el Megáne con la llave debajo del asiento.  11 y cuarto te subís y esperás mi nuevo mensaje.  Pescado, hoy arrancamos temprano"  El mensaje entró en el celular de Dardo desde el número agendado como Poli

Estoy en la cama con casi 40 grados de fiebre, estoy destruído"  Fue la contestación

El celular de Dardo comenzó a sonar con el característico Hello Moto!.  Una llamada había que atender.

-  Vieja, atienda por favor.  Dígale que Yo estoy que me muero de fiebre y estamos esperando un médico desde anoche - 

Señor soy la mamá de Dardo, está muy mal, vuela de fiebre, estamos esperando al médico desde anoche ...   le pido trate de entender, está muy agitado, le cuesta mucho hablar ...  está bien, le digo "

-  ¿En qué lío te metiste ahora Dardo?  El tipo este a los gritos me dijo que te acuerdes la charla que tuvieron, y que te vas a arrepentir -

Daniel Ramón hacía las veces de tesorero.  Ya le había pagado a los árbitros por si tenían que salir de raje y, el grueso de las inscripciones las mandó con el Panza a la Shell, en uno de los viajes a buscar un poco más de chori; se juntó más gente de lo previsto.  Jugadores se anotaron 21, habría más del doble de esa cantidad entre los que venían a mirar, acompañar y por supuesto a apostar.  Y estaba la gente de los Ramones, entre los puestos, los que organizaban y la fuerza de choque por si pintaba cachengue

" Hubo un cambio de planes Aguirre, tengo todo armado, largo en diez el operativo pero se me cayó el móvil que iba a asistirme para cazar al Capanga.  Necesito me mande alguien urgente, me quedé sin hombres"   "Marcelito estoy llegando a la vecina orilla, y me estoy tomando un Campari.  No me hinchés las pelotas"  "Se que no debo molestarlo pero me falta apoyo, por lo menos un vehículo y un ejecutor"  "Marcelito, me vuelvo a conectar en hora y media, cuando esté almorzando.  Agarrá esa moto de mierda que tenés, vas, lo buscás y le pegás un tiro en la cabeza.  Buena suerte!"

Desde arriba de una de las camionetas se escuchaba la música de Los Palmeras.  Dos parlantes grandes hacían que la prosa del Bombón Asesino se entrelazara con los gritos de la gente, ya habiendo comenzado la primera ronda de penales de la mañana.  El piso estaba blando, aún no terminaba de secarse la humedad de la noche que en forma de rocío, iba perdiendo su rastro sobre el extenuado campo de juego.  En uno de los puestos de chori se comentaba, mientras se esperaban que vayan saliendo los primeros sánguches, que Julio Pavón, un ocho de ida y vuelta, trabajaba en la semana con las combis de la barra, hasta que se cebó, se quedó con un vuelto, y los mismos de la barra le inventaron el tema de las drogas para fletarlo del equipo.  "Le perdonaron la vida" dijo uno.  Hoy Julio se gana el mango participando en estos torneos express, que se juegan los fines de semana en los barrios.

El celular de Dardo comenzó a sonar nuevamente - ¿Quién es, vieja? - preguntó mientras seguía hojeando una revista de ofertas del Coto

-  No dice.  Es un número.  Termina en 4291 -

-  Ahhh - Se levantó de la cama, agarró el teléfono mientras se acomodaba la remera dentro del jean.

" Pescado, en cinco bajá que te paso a buscar con la moto.  El Tío nos preparó un laburo.  Me dijo que hoy, si todo sale bien, no te joden mas "  La voz de Carlo se escuchaba medio entrecortada, estaba manejando y se mezclaba con el inconfundible ruido del motor dos tiempos.

Dos camionetas del Comando Radioeléctrico se metieron en la canchita, desde atrás del arco que no se estaba usando para los penales.  De inmediato bajaron diez hombres, la mayoría sin uniforme, pero con armas grandes, como suele llevar la policía en los operativos.  Un griterío general opacó la voz de Karina que sonaba desde los dos parlantes que estaban sobre la vieja camioneta Dodge.  Una estampida general se originó al escucharse los primeros disparos.  La gente de Los Ramones sacó las armas de las bolsas de consorcio, y se pusieron detrás de los autos.  Un mensaje llegó al teléfono de Dani Ramón "No se resistan.  Está todo ok".  Dani vio venirse a los diez tipos con ganas de jugar a los cowboys.  -  Paren paren!  No tiren! -  Y levantó las manos mientras miraba a su gente.  Lo mismo hizo el Panza, y ambos fueron tirados al piso, boca abajo.

-  Quedan detenidos por violar la Ley de Estupefacientes, por realizar apuestas ilegales, por promover el desorden público y por venta de alimentos en la vía pública sin autorización -   Cuatro o cinco de la gente de Los Ramones, los que estaban vendiendo choris, fueron apoyados contra la Dodge.  Las sirenas seguían sonando, las luces azules continuaban dándole color al gris paisaje de esta parte del barrio.  Las radios de las camionetas del Comando no dejaban de sonar, y uno de uniforme, que aparentemente estaba a cargo del operativo, se alejó un poco y llamó por teléfono  "Jefe, nuestra parte se realizó sin problemas.  Esperamos instrucciones"  "Ok, esperen ahí.  Yo los llamo"

-  Traeme otro café con leche - Ramón estaba sentado en una mesa al lado del vidrio que daba hacia la calle, pero vió como entraba al playón de la Shell, esa enorme moto japonesa con el tipo de campera de cuero y casco gris metalizado.  Encendió un cigarrillo y miró por la ventana hacia la calle lateral.  Hizo una seña levantando su taza de café con leche vacía.  

Carlo sacó una pistola de una riñonera y se la entregó a Dardo que estaba sentado detrás suyo en la moto, esa de color naranja medio metálico.  Lo miró a Dardo y le gritó en la cara -  Es tu momento, terminá con ese hijo de puta! -  Pateó la moto y encararon hacia el playón de la estación de servicio

-  Tirale, tirale! - 

Tres disparos retumbaron todo a lo largo del techo de chapas que cubrían la zona de los surtidores.  Y después solamente se escuchó, no más que las explosiones del motor de la moto tirada en el piso.


Desde las mesitas que estaban en el deck de la vereda, se podía apreciar cómo la callecita de empedrados serpenteaba un par de cuadras hasta perderse allá abajo en el río, muy cerquita del puerto de Colonia.

- ¿Los señores van a almorzar? -  preguntó un muchacho impecablemente vestido con pantalón negro y camisa de mangas cortas natural, casi haciendo juego con el rarísimo tono de su pelo.

-  Si si.  Preparennos una picada de mariscos - dijo un Aguirre de anteojos muy oscuros y que aprovechaba el hermoso sol del sábado para darle un poco de color a su piel.  - Te va a encantar cómo cocinan acá.  ¿Vamos con cerveza? -

-  Vamos con cerveza -

-  Ok, dos Pilsen heladas -  Fue el pedido del Comisario, que se acodó sobre la mesa de madera, y dijo -  Me habías dicho que nunca habías venido a Colonia, y me pareció una buena oportunidad para que disfrutes de un fin de semana diferente, porque a partir del lunes, vas a tener que pelarte el culo.  No es fácil manejar el barrio Once de noviembre. -  Las dos pintas transpiradas se hicieron presente, y ambos las levantaron en señal de brindis. 

-  Por tu nuevo puesto de trabajo.  Salud! -  Y con una sonrisa, no muy creíble, Aguirre hizo sonar su vaso contra el de su acompañante. -  Bienvenido Tío a la fuerza!  ¿Porqué te dicen Tío? -

-  Hay muchos pibes en el bario y así me llaman, cariñosamente.  Pibes como el Pescado.  Qué lástima, le tenía afecto, no era mal pibe.  ¿Y que va a pasar con Marcelo Martinez? -

-  ¿Marcelito?  Lo tenían junado desde Asuntos internos por las cagadas que se estaba mandando, lo estaban siguiendo, y el haber boleteado a estos dos chicos fue mas que suficiente.  En fin.  Che Tío, qué buena está esta cerveza, ya voy pidiendo dos mas. -


Ya pasado el mediodía, el sol delineaba los trazos de este paisaje salido de un cuento, no precisamente de este cuento.  Del otro lado del río, la vida seguiría siendo, para muchos, difícil, en el mejor de los casos.

Fin.

Riqui de Ituzaingó.  





Comentarios

  1. A ver si entendí, Dardo se levantó de la cama , se fue en la moto con el poli y cuando llegó a la estación de servicio le disparó a la moto y se mató Él y matoy al poli?
    Ana Lidia Pagani

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