La tarde ya pintaba con otros tonos, el paisaje de campo que durante todo el día fue cambiando sutilmente, casi sin que quienes lo atravesaran lo hayan advertido. Las sombras que los pastizales compartían entre sí, ahora hacían que la vista a cada lado de la ruta, simulara láminas de campos serranos. Sin embargo por la mañana, el verde era más intenso como suele verse en los amaneceres pampeanos. - Al final no me dijo de qué deudas de juego se trataba, esto de llevar gallinas de un pueblo a otro - Julio quiso disimular el giro que había pegado el viaje - Acá se juega fuerte! - Con desgano Indalesio dejó esa frase, vaya a saber si para generar en su interlocutor el interés, o como para no ser descortés con quien lo estaba llevando a María Teresa. Bah, esa era la idea inicial - Eso ya lo dijo y no llegamos a nada - - Los viernes cobra la pionada, y a la noche en el boliche de Pascual, en San Gregorio, las jarras de vino van y vienen...