Ir al contenido principal

Dardo "el Pescado" - 7. Los Ramones

Ramón Luna era el mayor de tres hermanos.  Ocupaba una casita baja en el fondo del terreno familiar en Villa Celina. Compraba y vendía autos y alguna que otra moto que ofertaba al costado de la autopista, y casi siempre se lo veía por las tardes con una de esas sillas plegables y una mesita.  Él y sus hermanos empezaron a hacerse conocidos hace un par de años en Los Sapitos, y rápidamente trascendieron ese barrio, hasta acercarse al mismísimo Once.  Y ultimamente se los vió varias veces merodeando la zona "fiscalizando" los campeonatos de penales que todos los sábados se hacían en las canchitas de los distintos barrios

" Ramón, estate atento.  En cualquier momento vas a tener baile, y vos sabés que cuando hay baile, hay que bailar"  .  El mensaje entró al teléfono de Ramón, quien se levantó sus anteojos oscuros onda Lenny Kravitz para poder leerlo.  Una camioneta verde paró frente a los autos estacionados sobre el pasto, y el hombre se paró y saludó con un -  ¿Qué anda buscando jefe? -

- Quería ver la camioneta negra -

Los dos se acercaron a la Ranger, y mientras Ramón le levantaba el capot, el interesado le dice al pasar - Te tiré en la cabina una bolsa con gamba y media, de lo que juntaron los pibes de Los Sapitos -

Ramón puso la camioneta en marcha, y ambos apoyados sobra cada uno de los guardabarros siguieron con los detalles técnicos . -  Andá a verlo a mi hermano hoy a la noche, va a estar por el club.  Este sábado hacemos los penales en el Once.  Llevemos mucha gente, la que consigamos.  Inventen puestos de chori y de vino, y vayan con fierros.  Ahora le aviso al Dani que te espere - 

Ramón bajó el capot de la Ranger, apagó el motor y despidió al posible comprador -  Los papeles están diez puntos.  Palo y medio y se lleva esta joya -  Y volvió a sentarse en la reposera.  De una heladerita azul sacó una lata de Quilmes, la abrió y la dejó sobre la mesita blanca de plástico.  Se puso los anteojos de vincha y marcó el número que sabía de memoria y que nunca agendaría

"  Dani querido ...  todo bien.  Hoy te va a ir a ver el Cacha, el piscuí de Los Sapitos ...   Panzón medio pelado, cara de pelotudo  ....  anda en una camioneta verde ...  pedile todo lo que necesitemos de apoyo para el sábado ...   si, en los Penales en el Once.  Vamos a tener visitas casi seguro ...   Y no se, seguramente intentarán levantar todo, van a hacer bastante circo, se tienen que mostrar "


"Aguirre, tengo novedades"

"Después de cenar voy a Los Billares"

En una de las pocas calles que aún tenía empedrado, estaba Los Billares.  En realidad su cartel rezaba Café Bar Asturias, pero desde fines de los ochenta cuando pusieron dos mesas de pool, fue punto de encuentro de todos aquellos que querían salir de la oscuridad de la provincia, apenas cruzando la General Paz.  Cualquier distraído que lo visitara por primera vez, miraría con asombro lo bien ambientado que estaba, recordando esos boliches que podían encontrarse todo a lo largo de la ciudad a mediados y casi fines del siglo XX.  Pero en realidad así quedó, casi jugándose cada noche la última ficha ante el inexorable paso del tiempo.  Piso de baldosas color sangre, quién sabe porqué lo pensaron así.  Mesas de madera con tapa de fórmica verde, bah, lo que alguna vez supo ser tal, con  miles de marcas de cigarros, rayones por doquier y bordes completamente comprometidos.  Aunque podía afirmarse con orgullo que jamás se le hizo reemplazo o reparación alguna.  Y la iluminación, detalle que en estos sitios no es determinante para el visitante, era escasa.  Varios plafones de tres y cuatro tubos colgaban del techo, pero las luces que no estaban quemadas, tenían sus bordes negros como anunciando un cercano final, o titilaban posiblemente al ritmo de las interminables vueltas que las cucharitas propinaban a los pocillos de café espeso, bien espeso como la vida de más de uno en estos lares.

-  Marcelito, agarrá un taco y si te animás, pegale un por de tiros a dos bandas.  En quince arranco con Manolo por el Cinzano de la noche.  Así que te pido seas breve, y sin boludeces -

-  El sábado en el barrio Once de Noviembre, habrá Campeonato de Penales x guita y con apuestas.  Esto lo organizan Los Ramones haciendo participar a la Comi de Los Sauces.  Ya arreglé con ellos que nos liberen.  Nos presentamos desde el Comando y levantamos todo, y seguramente no se van a quedar quietos.  El tema es que en la volteada caigan los tres, Panza, Daniel y Ramón Ramón.  Este es el que maneja todo .... -

-  Marcelito te queda un minuto -

-  Ramón generalmente no va, pero se dónde encontrarlo.  Dos tiros y le digo a mis muchachos que lo tiren en la canchita antes que lleguen las cámaras del noticiero del cable -

- Te fuiste.  El sábado me invitó mi amigo el Vox a navegar.  Espero que cuando llegue a Colonia, tenga buenas noticias tuyas -  

Aguirre dejó de mirar el paño y enfocó sus ojos a Marcelo, en una clara señal de que ya estaba  molestando allí.  Más allá se podía escuchar ruido a vajilla, y una AM que pasaba un tango interpretado por la Orquesta de Héctor Varela.


(continuará..)

Riqui de Ituzaingó 


Comentarios

  1. Esperemos la continuación, la verdad no lo entiendo mucho. Ana Lidia Pagani.

    ResponderBorrar
  2. Grande Ricky.. éxitos. Me haces acordar al viejo cuando contaba las historias. Si sabes de alguna contala en algún episodio.. se que sabes muchas... gracias.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

No soy un extraño (parte 1) - Molina

Son las 23.15, y no es  la  mejor hora para esperar el colectivo a no muchos metros de la autopista, con este viento frío que pareciera predecir que esta jornada que empieza no será sencilla.  En realidad la vida de un policía no lo es.  Ya desde el momento en el que se elige ingresar en la Academia, se elije salir de una vida llena de incertidumbres para ingresar en un  mundo dificil, hostil, pero en cierta medida, previsible. Mario Molina sacó de su bolsillo derecho un cigarro.  Con la misma mano lo encendió, y se quedó pitando, mientras veía cómo el humo del tabaco ardiente se confundía con la bruma fría que estaba a punto de ser una garúa.  Quizás no tanto por la intensidad de la llovizna, sino por la similitud que podía percibirse entre esa noche y la descripta en aquel tango antológico.  Auque a decir verdad, Miguel Molina nunca escuchó un tango, y si lo hizo, no se dió por enterado.  Para él, las canciones no eran otra cosa que element...

Entre rimas y vermú

 - Che,¿Quién se encarga de la organización de la fiesta?  - El intendente en persona. -  Ahh. -  ¿ Por? -  ¿No leíste lo del Gabino Souza? -  Gran payador uruguayo.  El domingo cierra el show en la cancha del Social y Deportivo.. -  No leiste por lo visto.  Lo metieron preso, le encontraron droga en el auto cuando estaba cruzando la frontera, en Salto. -  A la pelota!  ¿Y vos decís que no llega pal domingo? -  Dificil quel chancho chifle, Después de todos los años que pasaron desde que el Concejo decretara como fecha festiva para Sastre, el 16 de julio, muchos siguieron discutiendo y objetando que se haya elegido el día de la Virgen del Carmen, en vez de ese día de diciembre, cuando el primer cristiano hizo pie en la zona.  Algunos decian que la llegada de la Imagen sagrada despejó el peligro de invasiones por parte de malones y bandidos.  Otros afirmaban que en realidad el primer nombre escogido fue el de la Santísi...

La canción perfecta

En el momento menos esperado, se abrió la puerta que daba a esa gran galería, llena de malvones color rosa fuerte.  Ariel sintió el inconfundible perfume casi áspero, tanto como la textura de sus hojas.  Esas que rozaron su cara cuando apenas podía dar dos o tres pasos, siempre tomándose de las asas de las macetas. Miró por sobre sus hombos y allá atrás, la puerta aún estaba moviéndose, quizaás el viento que siempre soplaba a esa hora en las tardes de mayo, la haya abierto.  O no, tampoco le importaba demasiado, ya que una vez más había perdido la palabra justa que habría de poner, en el estribillo de su nueva canción.  A diferencia de otras veces, cuando el oler malvones le daba argumento  para escribir canciones, ya tenía claro que el tema estaba agotado, no habría de cantarle más a esa planta ni a sus flores.  Recordaba la primera vez que ese aroma lo embriagó y le dió pistas como para intentar escribir la canción perfecta, y cada vez que el viento o el ...